Picabar, Perth

Picabar es un pequeño bar situado en Northbridge, Australia Occidental, dentro del Centro Cultural de Perth. Está situado dentro del antiguo edificio de la Perth Boys School, que formaba parte del complejo de la Perth Central School a principios del siglo XX, junto al Perth Institute of Contemporary Arts, que da nombre al bar.

Picabar es la empresa familiar de los hermanos Brian y Conor Buckley, y la esposa de Brian, Melissa Bowen. En noviembre de 2018, empleaba a 15 personas. El bar cuenta con un patio exterior con acceso desde el Centro Cultural, cerca de la escalinata y la plaza, así como con mesas al aire libre a lo largo del borde del centro cultural.

Picabar abrió en 2012 en un local en desuso que llevaba 12 años tapiado. Los propietarios del bar subarrendaron el local a la PICA con un contrato de seis meses y una opción para un plazo más largo, de diez años, sujeto a la renovación del contrato de la PICA con el gobierno estatal. El contrato de PICA no se renovó, y tanto PICA como Picabar acabaron operando con contratos de alquiler mensuales. Los propietarios de Picabar declararon posteriormente que se les había asegurado que se llegaría a un acuerdo a largo plazo, algo que negó el director general del Departamento de Administración Local, Deportes e Industrias Culturales, Duncan Ord.

En octubre de 2018, la propiedad del recinto pasó del gobierno al Perth Theatre Trust, que rescindió el contrato de arrendamiento de PICA, y por tanto el subarrendamiento de Picabar, con tres semanas de antelación. La PICA iba a recibir un nuevo subarrendamiento del PTT, excluyendo la zona del bar, que se abriría a un proceso de expresión de interés. A principios de noviembre, el Gobierno concedió a Picabar un aplazamiento temporal hasta marzo de 2019, y el ministro de Cultura y Arte, David Templeman, intervino para garantizar que los propietarios de Picabar tuvieran la primera preferencia en las negociaciones.

La indignación pública dio lugar a una campaña para conservar Picabar, que culminó con una petición de "Salvar Picabar" en Change.org que atrajo 11.000 firmas, entre las que se encontraban competidores directos y otros miembros del sector hostelero del estado. El 15 de octubre de 2019 se firmó un nuevo contrato de arrendamiento de cinco años, con opción a una prórroga. El contrato de arrendamiento exige que se lleven a cabo renovaciones, con previsión de espacio adicional al aire libre. El incidente, y el "poder de la gente" que salvó a Picabar, recibió cobertura mediática nacional.