Manneken Pis, Bruselas

El Manneken Pis, una pequeña estatua de bronce que representa a un niño orinando, es uno de los emblemas más curiosos y visitados de Bruselas, Bélgica. Ubicada en la intersección de la rue de l'Étuve/Stoofstraat y la rue du Chêne/Eikstraat, esta figura de apenas 61 centímetros de altura ha cautivado a turistas de todo el mundo por su singularidad y la tradición que la rodea.

La estatua, obra del escultor Jérôme Duquesnoy el Viejo, fue instalada en su lugar actual en 1618 o 1619 y desde entonces se ha convertido en un ícono de la ciudad. A pesar de su tamaño modesto, el Manneken Pis posee una identidad cultural importante y es objeto de numerosas leyendas que buscan explicar su origen. Una de las más famosas relata que el niño, representado por la estatua, salvó a la ciudad de un incendio al apagar las llamas con su orina.

La popularidad del Manneken Pis trasciende su aspecto lúdico. La estatua es vestida regularmente con trajes típicos o disfraces relacionados con eventos específicos, celebraciones y festividades, de los cuales posee una colección de más de 1000 atuendos. Estos cambios de vestimenta se llevan a cabo con ceremonias que atraen a multitudes y forman parte de la agenda cultural de Bruselas.

A pesar de haber sido objeto de múltiples actos de vandalismo y robos a lo largo de los siglos, el Manneken Pis sigue siendo una parada obligatoria para quienes visitan la capital belga. Su figura ha sido reproducida en souvenirs y ha inspirado réplicas en distintas partes del mundo.