Volcán Licancabur

El Volcán Licancabur, un majestuoso gigante que se alza en la frontera entre Bolivia y Chile, es uno de los volcanes más emblemáticos y fotogénicos de los Andes. Con su cima que alcanza los 5,916 metros sobre el nivel del mar, Licancabur domina el paisaje con su forma casi perfectamente cónica, que es característica de los estratovolcanes.

Esta montaña, cuyo nombre proviene del kunza y significa "montaña del pueblo", es venerada por las comunidades locales y forma parte del paisaje sagrado de los pueblos andinos. A pesar de su aparente tranquilidad, Licancabur es considerado un volcán activo, aunque no ha tenido erupciones en tiempos históricos. La última actividad se estima que ocurrió hace unos 500 años.

La ascensión al Licancabur es una aventura que atrae a montañistas de todo el mundo. La ruta hacia la cima es exigente debido a la altura y el terreno volcánico, pero la recompensa es inigualable: desde la cumbre se puede observar el impresionante cráter y la laguna verde turquesa que se aloja en él, además de una vista panorámica de los alrededores, incluyendo el vasto Salar de Uyuni y el desierto de Atacama.

Además de su importancia geológica y natural, Licancabur tiene un gran valor arqueológico. En su cima se han encontrado vestigios de ofrendas y construcciones que datan de tiempos precolombinos, lo que indica que fue un importante sitio ceremonial para los incas y otras culturas anteriores.