Hechos sobre: Phacochoerus aethiopicus
El jabalí del desierto, conocido también como jabalí somalí en su área de distribución nativa, es una especie fascinante de ungulado artiodáctilo que habita en el norte de Kenia y Somalia. Es posible hallarlo también en Yibuti, Eritrea y Etiopía. Curiosamente, los registros fósiles muestran que antiguamente existieron dos líneas distintas de jabalíes. La línea que incluye al jabalí del desierto se extinguió en Sudáfrica a finales del siglo XIX. Mediante estudios morfológicos detallados, los científicos han determinado que los jabalíes del este de África son los parientes vivos más cercanos de la especie P. aethiopicus, ahora extinta.
Los jabalíes del desierto son fácilmente reconocibles por su constitución robusta, verrugas faciales prominentes, grandes colmillos y un pelaje escaso y áspero. Prosperan en entornos abiertos y áridos, siempre que haya fuentes de agua cerca. Su dieta consiste principalmente en pastos, plantas y frutos. Estos animales son criaturas sociales, viviendo en grupos conocidos como piaras, típicamente liderados por hembras. Los machos, por otro lado, a menudo son solitarios o forman pequeños grupos de individuos solteros. La reproducción generalmente ocurre durante la temporada de lluvias, y las hembras dan a luz a dos o tres lechones en madrigueras.
Un dato interesante sobre los jabalíes del desierto es su capacidad para portar el virus de la peste porcina africana sin mostrar ningún síntoma. Esto los convierte en una amenaza potencial para las poblaciones de cerdos domésticos. En algunas regiones, se han realizado esfuerzos para controlar las poblaciones de jabalíes, ya que pueden albergar la mosca tsetsé, que es un vector de enfermedades.
A pesar de ser cazados por su carne y de enfrentar competencia con el ganado doméstico, el jabalí del desierto está actualmente catalogado como de "Preocupación Menor" en la Lista Roja de la UICN. Esto se debe a su población estable y al hecho de que habitan en áreas protegidas.