Palacio Real de Nom Pen, Nom Pen

El Palacio Real de Phnom Penh, símbolo de la majestuosidad y la historia de Camboya, se erige como un impresionante conjunto de edificios ubicado en el corazón de la capital, Phnom Penh. Este complejo palaciego, que es la residencia oficial del Rey de Camboya, fue construido en la década de 1860 durante el reinado del rey Norodom, marcando la transición de la capital desde Oudong a Phnom Penh.

Con sus tejados tradicionales jemer y sus delicados ornamentos dorados, el Palacio Real es un testimonio vivo de la rica arquitectura y cultura camboyana. Su diseño refleja una mezcla de influencias jemer y europeas, evidente en sus torres ascendentes y en la meticulosa atención al detalle.

El complejo palaciego se compone de varios edificios notables, entre ellos el Salón del Trono, donde se llevan a cabo ceremonias reales y eventos de estado, y el Palacio Chan Chhaya, conocido por su impresionante pabellón abierto. Uno de los tesoros más venerados del sitio es el Buda Esmeralda, ubicado en la Pagoda de Plata, que alberga más de 5,000 azulejos de plata y numerosas estatuas de Buda engastadas con diamantes y piedras preciosas.

Aunque el Palacio Real es la residencia del monarca, varias áreas del complejo están abiertas al público, permitiendo a los visitantes explorar los exquisitos jardines y las ricas galerías de arte. Los turistas son bienvenidos a pasear por los cuidados jardines y admirar la colección de arte jemer, que incluye esculturas, murales y objetos religiosos tradicionales.

El Palacio Real no es solo una atracción turística, sino también un lugar de importancia espiritual y política para los camboyanos. Es un símbolo de la continuidad de la monarquía y un guardián de las tradiciones y la identidad nacional.

Para aquellos que deseen visitar, el Palacio Real está abierto todos los días, con horarios específicos para visitas turísticas. Se recomienda a los visitantes vestir respetuosamente, cubriendo hombros y rodillas, en señal de respeto a la sagrada naturaleza del lugar. Por la noche, el Palacio se ilumina, ofreciendo un espectáculo luminoso que realza su belleza y esplendor arquitectónico.