Catedral basílica de Santa María, Halifax

La Basílica de Santa María, un emblema de la devoción y la arquitectura en Halifax, Canadá, se erige como un monumento de fe y patrimonio. Esta iglesia católica, declarada basílica en 1950 por el Papa Pío XII, es un punto de referencia espiritual y cultural en el corazón de la ciudad.

Construida en el siglo XIX, la Basílica de Santa María impresiona con su estilo neogótico, caracterizado por sus agujas puntiagudas, arcos ojivales y vitrales coloridos que relatan historias bíblicas y de santos. Su estructura imponente no solo sirve como lugar de culto, sino también como un tesoro arquitectónico que atrae a visitantes de todo el mundo.

El interior de la basílica está adornado con detalles artísticos que capturan la atención de fieles y turistas por igual. La nave principal se extiende hacia el altar, flanqueada por columnas y capillas laterales que invitan a la reflexión y la oración. El órgano de tubos, uno de los más antiguos y grandes de Canadá, resuena en el espacio sagrado con melodías que elevan el espíritu.

La Basílica de Santa María no solo es un lugar de culto activo, sino que también desempeña un papel importante en la comunidad, albergando eventos culturales y conciertos que enriquecen la vida social de Halifax. Abierta a visitantes durante todo el año, la basílica ofrece la oportunidad de explorar su rica historia y admirar su belleza arquitectónica.