Hechos sobre: Addax nasomaculatus
El addax, conocido también como antílope blanco o antílope de cuernos en espiral, es una especie notable que deambula por el desierto del Sahara. Descritos por primera vez por Henri de Blainville en 1816, estos antílopes pálidos son fácilmente reconocibles por sus largos cuernos torcidos. Los machos generalmente son más grandes que las hembras, lo que muestra su dimorfismo sexual. Los addax se alimentan principalmente de pastos, hojas y arbustos, y han evolucionado para prosperar en condiciones desérticas extremas, pudiendo pasar largos períodos sin agua.
En la naturaleza, los addax forman manadas típicamente lideradas por la hembra más vieja. Desafortunadamente, enfrentan numerosas amenazas de depredadores como humanos, leones, leopardos, guepardos y perros salvajes africanos. Sus números han disminuido drásticamente, lo que ha llevado a la UICN a clasificarlos como en peligro crítico de extinción, principalmente debido a la caza no regulada. Una vez abundantes en todo el norte de África, ahora están extintos en muchas regiones, pero han sido reintroducidos en lugares como Marruecos y Túnez.
Conocidos científicamente como Addax nasomaculatus, estos antílopes son parte de la familia Bovidae y tienen 29 pares de cromosomas, con características genéticas distintivas. Su capacidad para sobrevivir sin agua se debe a un revestimiento estomacal especializado que almacena agua y produce orina altamente concentrada. Físicamente, se destacan por sus abrigos que cambian de color con las estaciones, cuernos en espiral y marcas faciales llamativas.
Los addax son en su mayoría nocturnos, descansando a la sombra durante el día para escapar del calor del desierto. Exhiben una estructura social fuerte dentro de sus manadas y tienen una impresionante capacidad para rastrear la lluvia, lo que les ayuda a localizar áreas con más vegetación. La reproducción puede ocurrir durante todo el año, con un período de gestación de alrededor de 257-270 días, resultando en el nacimiento de una sola cría a la vez.
Estos antílopes habitan regiones áridas, semidesiertos y desiertos arenosos, prosperando en entornos con baja precipitación. Sin embargo, su rango se ha reducido significativamente, ahora limitado a unas pocas áreas en África. Las principales amenazas incluyen la caza excesiva, la destrucción del hábitat y el cambio climático. Los esfuerzos de conservación, como los programas de cría en cautiverio y la reintroducción en áreas protegidas, son esenciales para su supervivencia.