Monte Qingcheng, Dujiangyan

Monte Qingcheng: Un refugio de tranquilidad y espiritualidad

El Monte Qingcheng, situado en las proximidades de la ciudad de Dujiangyan en China, es un destino que combina la majestuosidad de la naturaleza con una profunda herencia espiritual. Este monte, caracterizado por su exuberante vegetación y sus paisajes serenos, se destaca como uno de los lugares más sagrados del taoísmo, una de las religiones tradicionales de China.

Reconocido por su ambiente pacífico y sus impresionantes vistas, el Monte Qingcheng ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar una serie de templos antiguos y senderos que serpentean a través de bosques densos. La montaña se divide en dos sectores: el frente de Qingcheng y el dorso de Qingcheng. La parte frontal es famosa por sus sitios históricos y templos, mientras que la parte posterior es ideal para aquellos que buscan una experiencia más tranquila y en contacto con la naturaleza.

Para los amantes de la historia y la espiritualidad, el templo Jianfu, que data del siglo VII, y el templo Tianshi, donde Zhang Daoling, el fundador del taoísmo, enseñó, son paradas obligatorias. Los caminos pavimentados y las escaleras facilitan el acceso a los distintos puntos de interés, aunque también hay teleféricos disponibles para aquellos que prefieren una ruta menos exigente físicamente.

La cima de la montaña ofrece vistas panorámicas que justifican la subida. Desde allí, se puede apreciar la belleza del paisaje circundante y el tranquilo lago Yuecheng, que complementa la atmósfera de serenidad que envuelve al monte Qingcheng.

Para aprovechar al máximo la visita, se recomienda dedicar al menos un día completo para explorar la montaña, y para los más aventureros, incluso se pueden planificar caminatas más largas o estancias en alguno de los alojamientos disponibles en la zona.

El Monte Qingcheng no solo es un lugar de gran belleza natural y cultural, sino que también forma parte del sistema de irrigación de Dujiangyan, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este sistema milenario sigue siendo utilizado hoy en día y es un testamento de la ingeniería antigua china.