Imprisoned Graves, Nicosia

Las "Tumbas de los Prisioneros" son un conjunto de tumbas en un pequeño cementerio situado en la Cárcel Central de Nicosia, donde fueron enterrados 13 combatientes del EOKA, durante la lucha de liberación de 1955-1959 por la liberación de Chipre del Reino Unido. Nueve de ellos fueron ahorcados por el verdugo británico Harry Allen, tres murieron en acción y uno murió en el hospital a causa de las heridas.

Las tumbas se construyeron en una zona adyacente a las celdas de los condenados y cerca de la horca donde serían ejecutados. La zona está rodeada por altos muros y cubierta por cristales.

Tener un pequeño cementerio privado fue idea del gobernador de Chipre, Sir John Harding, que no quería que los funerales de los combatientes del EOKA se convirtieran en manifestaciones contra el dominio británico. Los condenados, así como los otros cuatro que murieron, serían enterrados en la zona sin la presencia de familiares ni de un sacerdote. Los nueve hombres que fueron ahorcados fueron enterrados inmediatamente después de sus ejecuciones. Para ahorrar espacio, se les enterró de dos en dos.

Los nueve hombres que fueron colgados en la horca fueron: Michalis Karaolis - ejecutado el 10 de mayo de 1956, Andreas Dimitriou - ejecutado el 10 de mayo de 1956, Iakovos Patatsos - ejecutado el 9 de agosto de 1956, Andreas Zakos - ejecutado el 9 de agosto de 1956, Harilaos Michael - ejecutado el 9 de agosto de 1956, Michail Koutsoftas - ejecutado el 21 de septiembre de 1956, Stelios Mavrommatis - ejecutado el 21 de septiembre de 1956, Andreas Panagidis - ejecutado el 21 de septiembre de 1956, Evagoras Pallikaridis - ejecutado el 14 de marzo de 1957

Los otros cuatro eran: Markos Drakos, Grigoris Afxentiou, Stylianos Lenas, Kyriakos Matsis

Tras la independencia de Chipre, la zona se convirtió en un monumento nacional que visitan miles de personas. Un cartel proclama "Του ανδρειωμένου ο θάνατος, θάνατος δεν λογιέται" - "La muerte del valiente no es ninguna muerte" fue colocado contra una de las paredes.

Durante la invasión turca de Chipre se libraron batallas en torno a la Cárcel Central de Lefkosia. Los guardias nacionales chipriotas, ayudados por los funcionarios de prisiones, lograron rechazar a los turcos y evitar que la cárcel y sus tumbas fueran capturadas.

En la actualidad, el cementerio, junto con las celdas y la horca, funciona como museo, abierto todos los días entre las 8:30 y las 14:00 para los visitantes. Está permitido hacer fotos y vídeos, pero no los teléfonos móviles.