Necrópolis de Cristóbal Colón, La Habana

El Cementerio de Colón, un enclave de historia y arte en La Habana

El Cementerio de Cristóbal Colón, ubicado en el corazón de La Habana, Cuba, es uno de los camposantos más importantes y majestuosos de América Latina. Fundado en 1876, este vasto terreno de 57 hectáreas no solo es el lugar de descanso final para millones de almas, sino que también es un museo a cielo abierto, donde la arquitectura funeraria se manifiesta en todo su esplendor.

Diseñado por el arquitecto español Calixto Arellano de Loira y Cardoso, el Cementerio de Colón se distingue por su imponente portada, obra del escultor cubano José Vilalta Saavedra. La entrada principal está coronada por una escultura de mármol de Carrara que representa la fe. Este detalle es solo un preludio de la magnificencia que aguarda en el interior.

Las tumbas, mausoleos y monumentos que adornan el cementerio son ejemplos del talento de escultores, arquitectos y artistas, tanto cubanos como de otras nacionalidades. El eclecticismo de estilos es evidente, con obras que van desde el neoclásico hasta el art nouveau y el art déco, reflejando la riqueza cultural de la isla y la época de esplendor económico en la que fueron creadas.

Entre las numerosas personalidades enterradas en Colón, destacan figuras de la política, la ciencia, el arte y el deporte. Uno de los monumentos más visitados es el de La Milagrosa, donde cada día decenas de personas dejan ofrendas y piden deseos a Amelia Goyri, la mujer que se convirtió en leyenda por los supuestos milagros que se le atribuyen tras su muerte.

El Cementerio de Colón no es solo un lugar de memoria y duelo, sino también un espacio cultural imprescindible para entender la historia y la sociedad cubana. Sus paseos y avenidas llevan nombres de virtudes y sentimientos humanos como la Fe, la Esperanza y la Caridad, invitando a la reflexión y al respeto.

Abierto a visitantes de todo el mundo, el cementerio ofrece recorridos guiados que permiten descubrir los secretos y anécdotas de este patrimonio histórico. Su valor artístico y su importancia como documento social lo convierten en una parada obligatoria para quienes buscan profundizar en la identidad de la capital cubana.