Colosos de Memnón, Luxor

Los Colosos de Memnón, imponentes estatuas que se alzan en la majestuosa ciudad de Luxor, en Egipto, son testigos milenarios de una civilización que ha fascinado al mundo entero. Estas gigantescas figuras pétreas, ubicadas en la ribera occidental del Nilo, han sido durante siglos un emblema icónico de la antigüedad faraónica.

Con una altura aproximada de 18 metros, estos monumentales guardianes representan al faraón Amenhotep III, sentado en su trono, y dominan el horizonte con una presencia que desafía el tiempo. Fueron erigidos hace más de 3.400 años como parte de un complejo funerario que incluía un templo mortuorio, hoy en gran parte desaparecido.

A pesar de haber sufrido daños por terremotos y la erosión a lo largo de los milenios, los Colosos de Memnón continúan impresionando a los visitantes. La estatua norte es particularmente famosa por el fenómeno acústico que producía al amanecer, sonando como el canto de una ave o el tañido de una campana. Este misterioso sonido, que ya no se escucha, contribuyó a la leyenda del lugar y atrajo a viajeros de la antigüedad, como el historiador griego Estrabón.

El nombre de "Memnón" proviene de la mitología griega, asociando al héroe Memnón, hijo de la Aurora, con la estatua que "cantaba" al amanecer. Aunque el nombre es anacrónico respecto a la cultura egipcia, ha perdurado a través de los siglos.