Hechos sobre: Lynx pardinus
El lince ibérico, un felino salvaje nativo de la Península Ibérica, experimentó un dramático declive en el siglo XX. Factores como la pérdida de hábitat, la disminución de especies de presas, la caza excesiva y el furtivismo llevaron a la especie al borde de la extinción. A principios de los años 2000, solo quedaban unos 100 individuos, distribuidos en dos grupos aislados. Reconociendo la urgente necesidad de intervención, los esfuerzos de conservación comenzaron en 2002. Estos incluyeron la mejora de hábitats, la repoblación de presas y el inicio de programas de cría en cautiverio. Gracias a estas iniciativas, la población ascendió a 326 individuos para 2012.
El lince ibérico se distingue por sus características únicas: pelaje corto con manchas amarillentas, orejas con mechones y una cola corta. Principalmente caza el conejo europeo, pero enfrenta amenazas continuas como la destrucción del hábitat, los accidentes de tráfico, la caza ilegal y enfermedades como la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica.
Las iniciativas de conservación han sido cruciales. El lince ibérico está ahora completamente protegido y catalogado como En Peligro en la Lista Roja de la UICN. Los esfuerzos incluyen la restauración de hábitats, la cría en cautiverio y la reintroducción de la especie en la naturaleza. Estos programas de reintroducción han tenido éxito, con nuevas poblaciones establecidas en varias partes de España y Portugal. Sin embargo, la investigación genética revela una baja diversidad genética en la especie, probablemente debido a la fragmentación y el aislamiento de la población en el pasado.