Lynx rufus

El lince rojo, también conocido como gato montés, es un felino salvaje de tamaño mediano nativo de América del Norte. Se encuentra desde el sur de Canadá hasta la mayor parte de los Estados Unidos y en México. A pesar de ser cazado tanto por deporte como por su piel, los linces rojos están catalogados como de "Preocupación Menor" en la Lista Roja de la UICN porque son abundantes y están muy extendidos.

Estos gatos son fáciles de reconocer por las barras negras en sus patas delanteras y sus colas cortas y distintivas. Son depredadores altamente adaptables, viviendo en una variedad de entornos, desde áreas boscosas y semidesiertos hasta los bordes de zonas urbanas. Su dieta es bastante variada, incluyendo conejos, liebres, aves, roedores e incluso ciervos.

Existen dos subespecies principales de linces rojos: una se encuentra al este y la otra al oeste de las Grandes Llanuras en América del Norte. Evolucionaron del lince euroasiático, migrando a América del Norte durante la era del Pleistoceno. Los linces rojos son solitarios y territoriales, marcando su territorio con marcas de garras, orina y heces. Se reproducen desde el invierno hasta la primavera, con un período de gestación de aproximadamente dos meses.

Los linces rojos tienen estrategias de caza versátiles, capturando desde insectos hasta ciervos. Son más activos durante las horas del crepúsculo, conocidas como actividad crepuscular, y mantienen territorios bien definidos marcados con su olor. Aunque son resilientes, enfrentan amenazas de los humanos, depredadores más grandes como los pumas y los coyotes, y enfermedades. La urbanización y la fragmentación del hábitat también representan desafíos significativos para su conservación.

En muchas culturas indígenas, los linces rojos tienen un lugar especial en historias y folclore. Varias tribus nativas americanas tienen relatos que destacan la importancia del lince rojo. Históricamente, han sido cazados por su piel y por deporte, lo que ha llevado al establecimiento de prácticas de caza reguladas. Los esfuerzos de conservación están en marcha para proteger las poblaciones de linces rojos, especialmente en áreas donde el desarrollo urbano amenaza sus hábitats.