Hardscrabble, Harrisburg

Hardscrabble fue un pequeño asentamiento de estructuras de marco en su mayoría en el centro de Harrisburg, Pennsylvania desde finales del siglo XVIII hasta 1924, llamado así por su reputación de lugar rudo.

Estaba delimitada por el río Susquehanna al oeste, la calle Calder al norte, la calle Herr al sur y la calle Front superpuesta al este. Debido a la prominencia de la industria maderera de la época, era una zona de congregación ribereña para los trabajadores que contenía librerías de barcos, aserraderos y otros negocios relacionados con el comercio fluvial. Tras el declive de la explotación forestal y el dragado de carbón del río, la zona cayó en el abandono a principios del siglo XX. En medio del movimiento "City Beautiful" de principios del siglo XX, el Ayuntamiento se esforzó por mejorar la ciudad pavimentando las calles y levantando escalones y pavimentando la explanada a lo largo del parque Riverfront. Dado que el asentamiento obstaculizaba parte del plan del ayuntamiento para la calle Front -que nunca se había inaugurado formalmente hasta la fecha-, Ross A. Hickok, de la Liga de Mejoras Municipales de Harrisburg, propuso eliminar la zona a principios de la década de 1910. Denominada por el Harrisburg Telegraph en 1915 como "La brecha en los escalones", Hardscrabble era "la única interrupción antiestética en la magnífica línea de los 'escalones delanteros de Harrisburg'". Después de que los miembros de la comunidad costera rechazaran colectivamente los repetidos intentos de la Ciudad de comprar sus casas, la Ciudad los llevó a los tribunales por dominio eminente. El barrio fue condenado por la Ciudad en 1915, y el Ayuntamiento concedió más de 64.000 dólares en concepto de daños y perjuicios a los propietarios, decididos en función de los metros cuadrados de la propiedad. Los litigios se sucedieron hasta que los residentes se vieron obligados a desalojar las instalaciones en 1921. Entre los desplazados se encontraban los pabellones para barcos de A. P. Dintaman y Harry J. Berrier, que albergaban más de 500 canoas y embarcaciones. En 1924, el asentamiento fue finalmente demolido y se conservaron los cimientos de los sótanos de algunas de las casas para transformarlos en los Jardines Hundidos.