Wigman House, Pittsburgh

La Casa Wigman es una casa histórica de estilo Reina Ana en el barrio de Carrick de Pittsburgh, Pensilvania. Es una estructura histórica designada por la ciudad de Pittsburgh.

La casa de cuatro dormitorios se construyó en 1896 para William H. Wigman, propietario de Wigman Lumber en el South Side. En aquella época, Carrick, que se encuentra en la cima de una colina al sur de Pittsburgh, era un barrio popular para los empresarios ricos que buscaban escapar del humo de la ciudad. La casa Wigman es todo lo que queda de esta zona conocida como "Millionaire's Row"

Desde 1952, la casa ha sido propiedad de la familia McClory; en 2011 pusieron la propiedad en venta, buscando 150.000 dólares, una medida que puso en marcha a los conservacionistas locales. El propietario de una funeraria vecina, el congresista Harry Readshaw, consideró la posibilidad de comprar y demoler el edificio para el estacionamiento de su funeraria, al otro lado de la calle de la propiedad. Los miembros de la Sociedad Histórica de Carrick-Overbrook trataron de bloquear la compra de Readshaw proponiendo que la casa adquiriera el estatus de monumento histórico, calificándola como "el último ejemplo que queda de varias casas de la acaudalada alta burguesía del South Side que vivía en Carrick". Los propietarios, la familia McClory, se opusieron a la nominación, preocupados por que la designación perjudicara sus posibilidades de venta. La Asociación de Jóvenes Preservacionistas de Pittsburgh considera que el edificio es una oportunidad de preservación histórica de máxima prioridad.

En abril de 2011, la Comisión de Revisión Histórica de la ciudad aprobó la solicitud de la sociedad histórica, preparando el terreno para las polémicas audiencias ante el Consejo Municipal de Pittsburgh.

El concejal Ricky Burgess se opuso al estatus histórico, expresando su preocupación por los derechos de los actuales propietarios de la casa. En un cambio de opinión, los actuales propietarios cambiaron su posición sobre el estatus histórico en una carta al Consejo, citando créditos fiscales históricos y la posibilidad de que el valor histórico de la casa pudiera ser un punto de venta.