O'Shaughnessy Dam, Parque nacional de Yosemite

La presa de O'Shaughnessy es una presa de arco de gravedad de hormigón de 430 pies de altura en el condado de Tuolumne, California, Estados Unidos. Retiene el río Tuolumne, formando el embalse de Hetch Hetchy en el extremo inferior del valle de Hetch Hetchy en el Parque Nacional de Yosemite, a unos 160 kilómetros al este de San Francisco. La presa y el embalse son la fuente del acueducto de Hetch Hetchy, que abastece de agua a más de dos millones de personas en San Francisco y otros municipios de la zona oeste de la bahía. La presa lleva el nombre del ingeniero Michael O'Shaughnessy, que supervisó su construcción.

Aunque San Francisco había buscado agua del río Tuolumne ya en la década de 1890, este proyecto no avanzó hasta el desastroso terremoto e incendio de 1906, que puso de manifiesto la insuficiencia del suministro de agua existente. El valle de Hetch Hetchy -comparado entonces con el de Yosemite por su belleza paisajística- fue elegido por la calidad del agua y el potencial hidroeléctrico, pero su ubicación dentro del parque nacional generó controversia. Fue necesaria una ley del Congreso para eludir la protección federal del río Tuolumne, con el razonamiento de que las tierras públicas debían desarrollarse en beneficio del público.

La construcción de la presa comenzó en 1919 y se terminó en 1923, con el primer suministro de agua en 1934 tras numerosos retrasos. De 1935 a 1938, la presa se elevó para aumentar su capacidad de suministro de agua y generación de energía. La presa, el acueducto y los sistemas hidroeléctricos anexos se conocen colectivamente como el Proyecto Hetch Hetchy. El suministro de Hetch Hetchy, procedente de una zona en gran parte salvaje y prístina de Sierra Nevada, es una de las aguas municipales más limpias de EE.UU. ya que sólo requiere una filtración y desinfección primarias.

Hetch Hetchy representó la primera gran controversia medioambiental en Estados Unidos, y el debate sobre la presa y el embalse continúa hoy en día. Grupos conservacionistas como el Sierra Club abogan por la restauración del valle, mientras que otros sostienen que dejar la presa en su sitio sería la mejor decisión económica y medioambiental.