Obelisco de Luxor, París

El Obelisco de Luxor es uno de los tesoros históricos que adorna la ciudad de París, erigido en la emblemática Plaza de la Concordia. Este antiguo monumento egipcio, con una altura de 23 metros y un peso aproximado de 230 toneladas, fue un regalo de Egipto a Francia en el siglo XIX.

Originalmente, formaba parte de un par en el templo de Luxor, donde fue construido hace más de 3.000 años durante el reinado del faraón Ramsés II. En 1833, el virrey de Egipto, Muhammad Ali Pasha, ofreció el obelisco a Francia como un gesto de amistad, y en 1836 fue trasladado con gran esfuerzo y tecnología de avanzada para la época a París.

El obelisco, tallado en granito rosa, está cubierto de jeroglíficos que exaltan la gloria del faraón Ramsés II. Su traslado fue una hazaña de la ingeniería de la época, involucrando barcos especialmente diseñados y un ingenioso sistema de poleas y rieles para su erección en el centro de la plaza.

Hoy en día, el Obelisco de Luxor se alza orgulloso en el corazón de París, entre las famosas avenidas que irradian desde la Plaza de la Concordia. Es un punto de referencia para los parisinos y un atractivo turístico que atrae a visitantes de todo el mundo, interesados en la rica historia de Francia y su conexión con el antiguo Egipto.

La Plaza de la Concordia, donde se encuentra el obelisco, es un sitio de gran importancia histórica para Francia. Fue aquí donde se erigió la guillotina durante la Revolución Francesa y donde Luis XVI y María Antonieta encontraron su fin. El obelisco, con su antiguo linaje y simbolismo, ofrece un fuerte contraste con este pasado tumultuoso y actúa como un símbolo de la durabilidad de la civilización y el arte a través de los siglos.