Catedral de Saint-Sauveur, Aix-en-Provence

La Catedral de Aix, conocida formalmente como la Catedral de Saint-Sauveur, se erige como un emblema arquitectónico en el corazón de Aix-en-Provence, una ciudad que destila historia y cultura en el sur de Francia. Este monumento sagrado es una amalgama de estilos que abarcan desde el siglo V hasta el siglo XVIII, ofreciendo a sus visitantes una cápsula del tiempo a través de los cambios artísticos y arquitectónicos.

La estructura actual, que comenzó a tomar forma en el siglo XII, está construida sobre los restos de un antiguo foro romano y una posterior basílica cristiana. La catedral es famosa por su fachada gótica, adornada con estatuas y relieves que representan escenas bíblicas, y su imponente torre-campanario que vigila la ciudad desde lo alto.

Uno de los tesoros más destacados de la Catedral de Aix es el Tríptico del Juicio Final, una obra maestra del pintor Nicolas Froment. Este retablo, que data del siglo XV, es un testimonio del talento artístico de la época y atrae a historiadores del arte y devotos por igual. Además, la catedral alberga un baptisterio paleocristiano que es uno de los más antiguos de Francia, con una pila bautismal sostenida por columnas romanas recicladas.

La nave principal y sus capillas laterales revelan una mezcla de estilos románico y gótico, mientras que el claustro adyacente, con sus capiteles esculpidos y su tranquila atmósfera, ofrece un espacio de reflexión y serenidad a los visitantes.

La Catedral de Aix es un sitio activo de culto y cultura, acogiendo regularmente servicios religiosos, conciertos de música sacra y eventos comunitarios. La entrada a la catedral es gratuita, permitiendo a turistas y peregrinos explorar su rica historia y arquitectura sin barreras.