Catedral de Reims, Reims

La Catedral de Reims, ubicada en la ciudad homónima del noreste de Francia, es una de las joyas indiscutibles del arte gótico y un sitio cargado de historia. Este majestuoso templo, dedicado a la Virgen María, ha sido durante siglos el escenario de la coronación de los reyes franceses, lo cual le confiere un lugar privilegiado en la memoria colectiva de Francia.

Construida en el sitio de una iglesia más temprana que sufrió un incendio en 1210, la Catedral de Reims comenzó a tomar su forma actual a partir de 1211. Caracterizada por sus impresionantes vidrieras y su fascinante fachada adornada con cientos de esculturas que representan escenas bíblicas y figuras históricas, la catedral es un testimonio de la destreza y el esplendor del gótico clásico.

El edificio, con su nave que se eleva a una altura de 38 metros, está coronado por dos torres que se alzan hasta los 81 metros, aunque originalmente se planeó que fueran más altas. La catedral ha sobrevivido a numerosos eventos a lo largo de los siglos, incluyendo daños significativos durante la Primera Guerra Mundial, tras lo cual se llevaron a cabo extensas restauraciones.

La Catedral de Reims es también conocida por albergar una pieza de gran valor: el Palio de Tau, un antiguo tejido que se usaba durante las ceremonias de coronación. Además, es famosa por su gran rosetón y las vidrieras modernas diseñadas por el artista Marc Chagall, que añaden un toque contemporáneo al interior gótico.

En 1991, la UNESCO inscribió la Catedral de Reims, junto con el Palacio de Tau y la Abadía de Saint-Remi, en la lista del Patrimonio Mundial, reconociendo su valor universal excepcional. La catedral no solo es un punto de interés turístico, sino también un lugar activo de culto y un emblema de la identidad cultural francesa.