Saint Martin's Collegiate Church

La colegiata de Saint-Martin de Candes es una antigua colegiata situada en Candes-Saint-Martin, al oeste del departamento francés de Indre-et-Loire, en la región Centro-Val de Loira.

Una primera iglesia, dedicada a San Mauricio, fue construida por San Martín en una de las primeras parroquias rurales de Tours que fundó y donde murió en el año 397. Posteriormente se convirtió en una iglesia de peregrinación, incluso a falta de reliquias del santo. En 1050, la iglesia de Candes se menciona como "colegiata" y su cabildo cuenta con doce canónigos.

La antigua iglesia de Saint-Maurice se arruinó y la actual iglesia de Saint-Martin de Candes se construyó entre 1175 y mediados del siglo XIII. Los trabajos de construcción se extendieron durante varias décadas, un periodo de tiempo modesto teniendo en cuenta la importancia del edificio, cuya arquitectura se inspira en gran medida en el estilo gótico occidental. Se caracteriza por una riquísima decoración esculpida que adorna su crucero y su nave, pero sobre todo por un monumental pórtico que se abre en el lado norte de la nave. La adición, en el siglo XV tras la Guerra de los Cien Años, de dispositivos que hacen de esta colegiata una de las raras iglesias fortificadas de Touraine, refuerza su singularidad. Esto no impidió que sufriera graves daños durante las Guerras de Religión. Dos terremotos, que causaron importantes daños con poco más de un siglo de diferencia, exigieron campañas de reparación y reconstrucción a gran escala, pero las obras de restauración emprendidas en la segunda mitad del siglo XIX fueron muy criticadas: algunos historiadores han llegado a hablar de "vandalismo". Sin embargo, sigue considerándose "el segundo edificio religioso más bello de Indre-et-Loire, después de la catedral de Saint-Gatien en Tours". Desde la Revolución Francesa, Saint-Martin de Candes ha perdido su condición de colegiata, aunque este nombre se mantenga en el lenguaje común; sigue siendo una iglesia parroquial.

El estudio de este edificio, de la cronología de su construcción, de su arquitectura y de la interpretación de su decoración, especialmente compleja, sigue en marcha a principios del siglo XXI: las fuentes escritas en las que basarse son escasas y las etapas de su construcción, que se entrelazan tanto en el espacio como en el tiempo, son difíciles de interpretar. La colegiata, que fue visitada por Prosper Mérimée en 1836, fue clasificada como monumento histórico en la lista de 1840. También están protegidos varios elementos de su mobiliario.