Castle Rising, King's Lynn

Castle Rising es una fortificación medieval en ruinas situada en el pueblo de Castle Rising, Norfolk, Inglaterra. Fue construido poco después de 1138 por William d'Aubigny II, que había ascendido en el escalafón de la nobleza anglonormanda hasta convertirse en el conde de Arundel. Con su nueva riqueza, construyó el Castillo Rising y el parque de ciervos que lo rodea, una combinación de fortaleza y pabellón de caza palaciego. Fue heredado por los descendientes de Guillermo antes de pasar a manos de la familia de Montalt en 1243. Los Montalt vendieron posteriormente el castillo a la reina Isabel, que vivió allí tras su caída del poder en 1330. Isabel amplió los edificios del castillo y disfrutó de un estilo de vida regio, entreteniendo a su hijo, Eduardo III, en varias ocasiones. Tras su muerte, fue concedido a Eduardo, el Príncipe Negro, para formar parte del Ducado de Cornualles.

Durante el siglo XV, el castillo se valoró más por sus instalaciones de caza que por sus defensas militares. Se deterioró y, a pesar de la construcción de nuevas viviendas e instalaciones de servicio, a mediados del siglo XVI estaba abandonado. Enrique VIII vendió la propiedad a Thomas Howard, duque de Norfolk, y la mayoría de los edificios del castillo fueron demolidos. No fue hasta el siglo XIX, cuando Mary y Fulke Greville Howard heredaron la propiedad, que el castillo fue renovado y restaurado. Los eruditos victorianos examinaron el lugar y se abrió al público. En 1958 el castillo pasó a la custodia del Estado, que llevó a cabo nuevos trabajos de estabilización y un programa de investigación arqueológica. En 1998 English Heritage devolvió la gestión del lugar a su actual propietario, el barón Howard de Rising, que sigue explotando el castillo como atracción turística.

El castillo de Rising consta de tres bailes, cada uno de ellos defendido por grandes movimientos de tierra, que cubren una superficie total de 5 hectáreas, y que los arqueólogos Oliver Creighton y Robert Higham consideran entre los más impresionantes de Gran Bretaña. En el patio interior se encuentra la gran torre del homenaje, probablemente inspirada en la del castillo de Norwich. Presenta amplios diseños románicos, incluyendo contrafuertes de pilastras y arcadas. Los historiadores Beric Morley y David Gurney consideran que se trata de "una de las mejores fortalezas normandas", y su utilidad militar y su simbolismo político han sido ampliamente discutidos por los académicos. Originalmente, el castillo estaba rodeado de un paisaje cuidadosamente gestionado, desde la ciudad planificada frente al castillo, hasta el parque de ciervos y las conejeras que se extendían por detrás, destinados a ser vistos desde la cámara del señor en la gran torre del homenaje.