New England Quarter, Brighton

El New England Quarter es un desarrollo de uso mixto en la ciudad de Brighton y Hove, Inglaterra. Se construyó entre 2004 y 2008 en el mayor terreno baldío de la ciudad, junto a la estación de tren de Brighton. La mayoría de las partes del proyecto ya están terminadas, pero otras siguen en construcción y un aspecto importante del plan original fue rechazado.

El emplazamiento, una ladera de fuerte pendiente entre una línea de ferrocarril y una de las principales carreteras de Brighton, había albergado durante más de un siglo una fábrica de locomotoras y un depósito de mercancías. Al mismo tiempo se construyeron viviendas de alta densidad que rodeaban los edificios del ferrocarril. A partir de la década de 1960, la zona entró en decadencia: las obras y el patio de mercancías se cerraron y demolieron, y la mayor parte de las viviendas fueron desalojadas. Esto dejó grandes áreas de terreno abandonado que atrajeron la reurbanización a pequeña escala y las empresas comerciales transitorias. A partir de la década de 1980 se hicieron propuestas de reurbanización; en 2001 el Ayuntamiento de Brighton y Hove concedió el permiso de planificación a un plan maestro. A continuación, se llevaron a cabo trabajos de limpieza del terreno y la construcción comenzó en 2004.

El barrio de Nueva Inglaterra consta de zonas planificadas por separado conectadas por infraestructuras viarias y enlaces peatonales nuevos o modificados. El uso del suelo incluye viviendas privadas y municipales de diversos estilos y configuraciones, oficinas y locales comerciales, un colegio, un hotel, espacios públicos e instalaciones comunitarias. Parte del desarrollo residencial pretende cumplir con altos estándares medioambientales y de sostenibilidad, y se están creando espacios verdes en antiguos terrenos ferroviarios.

El proyecto ha suscitado críticas de diversas fuentes, y algunos aspectos y propuestas han sido especialmente controvertidos. El proyecto de construir un hotel y un edificio residencial de 42 plantas en una manzana -que no estaba en el plan original y cuya licencia de obras fue denegada posteriormente- suscitó la oposición de muchos ciudadanos y políticos locales, y finalmente fue rechazado por un ministro del gobierno en apelación. La decisión de permitir la construcción de una gran sucursal de un supermercado en medio de la urbanización también fue impopular. Se formó un grupo de campaña para coordinar y dar a conocer las preocupaciones de la gente.