Rooksbury Mill, Andover

Rooksbury Mill es un antiguo molino de agua en el río Antón en Andover, Hampshire, Inglaterra, y un edificio catalogado de grado II. El edificio y sus estructuras asociadas son de propiedad privada, pero el terreno circundante es propiedad del Test Valley Borough Council y se gestiona como reserva natural local.

Aunque el actual edificio del molino data de finales del siglo XVI o principios del XVII, Rooksbury Mill puede ser uno de los once molinos que, según el Libro de Domesday, existían en Andover en 1089.

En la tarde del viernes 29 de mayo de 1812, un granero de Rooksbury Mill fue alcanzado por un rayo y se incendió. El fuego destruyó completamente el granero y su contenido, un establo cercano y dos carros. Se informó que la ″destrucción instantánea y completa″ de uno de los carros causó especial asombro. Dos hombres que se refugiaban junto al granero se libraron de sufrir daños permanentes, aunque uno de ellos quedó temporalmente ciego. En ese momento el molino estaba en posesión de la familia Holloway.

En la noche del jueves 9 de noviembre de 1843, otro incendio, aunque aparentemente accidental, destruyó un granero con techo de paja que se encontraba exactamente en el mismo lugar que el incendio del granero de 1812. Aunque había muchas personas presentes, no se pudo hacer nada para extinguir el fuego, que también amenazaba la casa adyacente y el edificio del molino, todos ellos propiedad de John Rawlinson, Esq. El granero se derrumbó finalmente, destruyendo una gran cantidad de trigo y una trilladora que estaba en uso en ese momento. El coste estimado de los daños fue de unas 1.000 libras. Un motivo de preocupación fue que el camión de bomberos de Andover no llegó hasta casi una hora después de iniciado el incendio.

La molienda de harina dejó de realizarse en este lugar a principios del siglo XX, tras lo cual el edificio del molino pasó por una serie de usos, incluido el de pequeño teatro. El Test Valley Borough Council vendió el edificio en 2002, poco después de que fuera devastado por un incendio provocado. Los nuevos propietarios, Anthony y Sarah de Sigley, restauraron el edificio en 2003, reconstruyendo gran parte de la estructura original.