Old Walls, Southampton

Las murallas de Southampton son una secuencia de estructuras defensivas construidas alrededor de la ciudad en el sur de Inglaterra. Aunque los primeros asentamientos romanos y anglosajones de los alrededores de Southampton estaban fortificados con murallas o fosos, las murallas posteriores tienen su origen en el traslado de la ciudad al emplazamiento actual en el siglo X. Esta nueva ciudad estaba defendida por bancos, zanjas y la curva natural del río y la costa. Los normandos construyeron un castillo en Southampton, pero no hicieron ningún intento de mejorar las defensas más amplias de la ciudad hasta principios del siglo XIII, cuando la creciente prosperidad de Southampton como centro comercial y el conflicto con Francia alentaron la construcción de una serie de garitas y muros de piedra en los lados norte y este del asentamiento.

En 1338 Southampton fue asaltada por fuerzas francesas; las defensas de la ciudad resultaron inadecuadas, especialmente a lo largo de los muelles del oeste y el sur de la ciudad. Eduardo III ordenó algunas mejoras inmediatas en las murallas de Southampton, pero no fue hasta la década de 1360 cuando se iniciaron los trabajos sustanciales. En las décadas siguientes, la ciudad quedó completamente rodeada por una muralla de piedra de 2 km de longitud, con 29 torres y ocho puertas. Con la llegada de las armas de pólvora en las décadas de 1360 y 1370, Southampton fue una de las primeras ciudades de Inglaterra en instalar la nueva tecnología en las fortificaciones existentes y en construir nuevas torres específicamente para albergar cañones.

Las murallas de Southampton siguieron siendo un importante elemento defensivo durante el siglo XV, y las casas de la puerta se utilizaron a veces como importantes instalaciones cívicas, incluso como ayuntamiento de la ciudad y para albergar la cárcel de la ciudad. A partir de finales del siglo XVII, su importancia fue disminuyendo y las murallas se fueron demoliendo o adaptando a otros usos a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Este proceso continuó a principios del siglo XX hasta que, en los años de la posguerra, las murallas fueron reconocidas como un elemento histórico importante de Southampton. Desde entonces se han llevado a cabo proyectos de conservación y las murallas se promocionan ahora como atracción turística.