Goulandris Natural History Museum, Kifissia

El Museo de Historia Natural Goulandris es un museo situado en Kifisia, un suburbio del noreste de Atenas, Grecia. Fue fundado por Angelos Goulandris y Niki Goulandris en 1965 para promover el interés por las ciencias naturales, sensibilizar al público en general y, en particular, llamar su atención sobre la necesidad de proteger los hábitats naturales de Grecia y las especies en peligro de extinción.

El museo incluye grandes colecciones de insectos, mamíferos, aves, reptiles, conchas, rocas, minerales y fósiles, procedentes de la rica fauna natural del territorio griego. Las colecciones botánicas superan las 200.000 especies de plantas, entre las que hay 145 recién descubiertas, que han sido registradas gracias a las investigaciones del museo. El núcleo de la colección botánica se formó cuando se adquirió la colección de Constantino Goulimis, autor de Flores silvestres de Grecia que fue ilustrada por Niki Goulandris. En los laboratorios del museo se llevan a cabo investigaciones científicas en las áreas de ecología, botánica, zoología, geología, paleontología y biotecnología. En las salas de exposición se presenta con detalle la variedad e interdependencia de las biocomunidades y la riqueza floral, animal y geológica de Grecia.

El Museo de Historia Natural Goulandris también funciona como institución educativa complementaria para todos los niveles de enseñanza. Sus actividades incluyen programas de perfeccionamiento, seminarios, conferencias, la publicación de libros y otros materiales, y exposiciones itinerantes sobre temas medioambientales cruciales en Grecia y en el extranjero. Sus publicaciones incluyen una revista científica, los Annales Musei Goulandris. El Museo está vinculado a organizaciones internacionales y a institutos de enseñanza superior.

Algunas de las exposiciones más importantes del museo son la Sala de Zoología, la Sala de Paleontología y la muestra de moluscos bivalvos de diversas partes del mundo.

En 2010, los rizomas de Iris hellenica llegaron al jardín del Museo de Historia Natural Goulandris, que había financiado a Dionysios Mermygkas, para estudiar las plantas de las montañas. Los iris crecieron bien vegetativamente durante un año, pero no llegaron a florecer. Por desgracia, no sobrevivieron al año siguiente, pero sí en Copenhague.