Hechos sobre: Buteo albonotatus
El halcón de cola anillada es una ave de presa fascinante que habita en las regiones más cálidas y secas de las Américas. Emplea una estrategia ingeniosa: al asemejarse en plumaje y vuelo al zopilote, a menudo se mezcla con grupos de estos, lo que le facilita aproximarse sigilosamente a su presa. Su dieta se compone principalmente de pequeños animales terrestres, y su rango de distribución se extiende desde Estados Unidos hasta Argentina.
Estos halcones son notablemente adaptables en cuanto a su hábitat. Se les puede avistar en áreas rocosas, bosques, pantanos e incluso en regiones semi-desérticas. Generalmente construyen sus nidos en matorrales de árboles y pueden vivir a diversas altitudes dentro de su rango de distribución.
Físicamente, el halcón de cola anillada es un pájaro esbelto de la familia Buteo, con una envergadura de aproximadamente 117–140 cm y una longitud de 46 a 56 cm. Los halcones adultos son mayormente de color negruzco con llamativas bandas blancas en sus colas. Tienen un llamado fuerte y estridente que se escucha durante su temporada de reproducción.
En cuanto a su comportamiento, estos halcones planean con las alas en forma de V, similar a los zopilotes. Son cazadores activos que se alimentan de pequeños pájaros, mamíferos, reptiles e incluso jóvenes aves. Generalmente cazan volando bajo sobre el suelo, ya sea en línea recta o patrullando aleatoriamente el área. La mayor parte del tiempo cazan solos.
La temporada de reproducción del halcón de cola anillada varía según la región donde habite. Sus exhibiciones de cortejo son todo un espectáculo, con bucles y picados aéreos. Construyen nidos voluminosos con palos, forrados con hojas verdes, y los colocan en lo alto de los árboles o, ocasionalmente, en acantilados. Una puesta típica contiene de uno a tres huevos, con un periodo de incubación de aproximadamente 28 a 35 días. Los polluelos son semi-altriciales, lo que significa que están algo desarrollados al nacer pero aún requieren mucho cuidado. Abandonan el nido alrededor de los 42 a 50 días de edad, pero permanecen bajo la atenta mirada de sus padres hasta la siguiente temporada de reproducción. Desafortunadamente, no se sabe mucho sobre su longevidad y tasas de mortalidad.