Hungarian folk music, Budapest

La música folclórica húngara incluye un amplio abanico de estilos centroeuropeos, como los verbunkos de reclutamiento, el csárdás y el nóta.

El nombre Népzene también se utiliza para designar a la música folclórica húngara como denominación general de una serie de estilos relacionados de música folclórica tradicional de Hungría y de las minorías húngaras que viven en la actual Austria, la República Checa, Polonia, Eslovaquia, Rumanía central, Moldavia y Serbia.

Los oscuros orígenes de la música folclórica húngara se formaron entre la población campesina a principios del siglo XIX, con raíces que se remontan aún más atrás. Sin embargo, su mayor popularidad se debió en gran medida al compositor húngaro Franz Liszt, que en 1846 comenzó a componer 19 rapsodias húngaras para piano, cinco de las cuales fueron posteriormente orquestadas, siendo así las primeras piezas musicales de un compositor importante que incorporaron fuentes de la llamada "música campesina". Estas obras, que se desmarcaban de la tradición clásica, fueron a menudo consideradas por la élite como descaradas y poco refinadas, pero influyeron profundamente en otros, como Johannes Brahms, y más tarde Zoltán Kodaly y Béla Bartok, teniendo incluso influencia en el jazz estadounidense.

Durante el siglo XX, los compositores húngaros se vieron influenciados por la música tradicional de su nación, lo que puede considerarse una repetición del primer movimiento "nacionalista" de principios del siglo XIX, pero es más bien el deseo de los artistas de escapar de la hegemonía de la tradición clásica manifiesta en aquella época. Béla Bartók llevó esta salida al mundo musical abstracto en su apropiación de la tradición húngara como base de las creaciones sinfónicas.

Zoltán Kodály y Béla Bartók estudiaron más de 300 melodías y observaron que las melodías más modernas utilizadas para bailar presentaban giros pentatónicos con frecuentes saltos de cuarta.