Monte de los Olivos, Jerusalén

El Monte de los Olivos, emplazado en la ciudad de Jerusalén, Israel, es mucho más que una simple elevación topográfica ante los ojos de la historia y la espiritualidad. Este sitio milenario, que se eleva al este de la Ciudad Vieja, es venerado en las tradiciones judía, cristiana y musulmana. No solo ofrece una de las vistas más emblemáticas de la cúpula dorada del Domo de la Roca y de la antigua muralla de la ciudad, sino que también es el cementerio judío más antiguo y más utilizado del mundo.

La historia del Monte de los Olivos está profundamente entrelazada con los relatos bíblicos. Según la tradición cristiana, Jesús frecuentaba este lugar para orar y enseñar a sus discípulos, y desde aquí ascendió al cielo después de su resurrección. En la tradición judía, el monte es el lugar donde se llevará a cabo la resurrección de los muertos cuando llegue el Mesías. Como resultado, el monte ha sido un lugar predilecto para el entierro judío durante más de 3.000 años, con más de 150.000 tumbas.

Los visitantes pueden pasear por las antiguas tumbas, muchas de las cuales pertenecen a figuras destacadas de la historia judía. Además, el Monte de los Olivos alberga importantes iglesias, como la Iglesia de Todas las Naciones y la Iglesia de la Ascensión, que atraen a peregrinos de todo el mundo.

La importancia del Monte de los Olivos trasciende su valor religioso y espiritual; también es un testigo silencioso de la historia de Jerusalén. Durante siglos, ha visto pasar generaciones y ha sido un lugar de reflexión y veneración en medio de los cambios políticos y los conflictos que han sacudido la región.