Calvario, Jerusalén

El Calvario, conocido también como Gólgota, es uno de los sitios más venerados en la cristiandad, situado en la ciudad de Jerusalén, Israel. Este lugar emblemático, cuyo nombre en arameo significa "lugar del cráneo", es tradicionalmente considerado como el sitio donde Jesucristo fue crucificado y sepultado, convirtiéndolo en un punto de peregrinación para creyentes de todo el mundo.

La relevancia del Calvario se encuentra en su conexión con la Pasión de Cristo. Según los Evangelios, este fue el lugar donde Jesús fue crucificado junto con dos ladrones, uno a cada lado. La historia cuenta que después de su muerte, el cuerpo de Jesús fue colocado en una tumba cercana, que ahora es venerada dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.

La Iglesia del Santo Sepulcro, construida en el siglo IV por orden del emperador Constantino el Grande, se erige sobre lo que se cree que son los restos del Calvario y la tumba de Cristo. A lo largo de los siglos, la iglesia ha sido destruida y reconstruida varias veces, y hoy es un complejo de capillas y santuarios administrado conjuntamente por diversas denominaciones cristianas.

Los visitantes del Santo Sepulcro pueden explorar la capilla que marca el lugar del Calvario, subiendo una escalera hasta un altar donde se encuentra una hendidura en la roca que se dice que es la ubicación exacta de la cruz de Jesús. Además, pueden visitar la tumba, un lugar de profunda espiritualidad y contemplación.

El sitio del Calvario sigue siendo un testimonio poderoso de la fe para los cristianos, y su significado trasciende las divisiones denominacionales. Miles de peregrinos y turistas lo visitan cada año, especialmente durante la Semana Santa, cuando se conmemora la muerte y resurrección de Jesús.