Hechos sobre: Retablo de San Marcos
El Retablo de San Marcos es una célebre pintura de Fra Angelico, un destacado artista del temprano Renacimiento italiano. Esta impresionante obra se encuentra en el Museo de San Marcos en Florencia. Fue encargada por Cosme de Médici el Viejo entre 1438 y 1443.
El panel principal del retablo presenta a la Virgen María y al Niño Jesús sentados en un trono, rodeados de ángeles y santos. Debajo de esta escena, los paneles de la predela narran las historias de los santos Cosme y Damián. Este retablo es muy valorado por su uso de metáforas, perspectiva y técnicas de trampantojo, así como por integrar temas religiosos dominicanos con mensajes políticos.
La implicación de la familia Médici es clave en la historia de este retablo, ya que fue fundamental en la renovación del monasterio de San Marcos y encargó a Fra Angelico la creación de esta obra. El uso innovador del espacio, el color y la composición de Angelico es evidente en toda la pieza. Los santos Cosme y Damián, representados en la pintura, desempeñan un papel vital al actuar como intermediarios entre la Virgen y el Niño.
El ingenioso uso de metáforas y perspectiva de Angelico, como la ventana abierta y el espejo, atrae a los espectadores hacia la pintura, creando un puente entre el mundo real y la escena pintada. Diversos símbolos dentro de la obra, como el crucifijo, el códice abierto y elementos del paisaje, llevan profundos significados religiosos y políticos. Estos símbolos reflejan la intención de Angelico de elevar el estatus de la familia Médici a través de su arte.
La importancia religiosa del retablo se enfatiza por su iconografía, que está estrechamente relacionada con temas y prácticas dominicanas. Esto resalta la relación entre Cristo, los santos y la humanidad. El retablo también ha sido sometido a restauraciones, enfrentando algunos desafíos durante el siglo XIX que afectaron sus matices originales de luz y color.