Santuario de Ise, Ise-Shima National Park

El Santuario de Ise, conocido también como Ise Jingu, es uno de los sitios más sagrados y venerados del sintoísmo, la religión autóctona de Japón. Ubicado en la ciudad de Ise, en el Parque Nacional de Ise-Shima, este complejo de santuarios destaca por su arquitectura tradicional y su profunda conexión con la historia y la espiritualidad japonesa.

El Ise Jingu está dedicado principalmente a Amaterasu-ōmikami, la diosa del sol en la mitología japonesa y ancestro legendario de la familia imperial. El santuario se compone de dos complejos principales: el Naikū (Santuario Interno) y el Gekū (Santuario Externo), además de varios santuarios secundarios y terrenos sagrados que se extienden por la región.

El Naikū, situado en el corazón de un bosque antiguo, es el más importante de los dos principales y se encuentra a unos seis kilómetros del Gekū. Ambos se caracterizan por su estilo sencillo y refinado de arquitectura sintoísta, con edificios construidos principalmente de madera sin pintar, lo que les confiere una belleza natural y serena.

Una de las tradiciones más fascinantes del Ise Jingu es la ceremonia de Shikinen Sengu, que se lleva a cabo cada 20 años. Durante esta ceremonia, los santuarios principales son reconstruidos por completo en una ubicación adyacente a los sitios actuales, siguiendo antiguas técnicas de construcción. Este ritual simboliza la renovación de la naturaleza y la pureza del santuario.

Para los visitantes, Ise Jingu ofrece una experiencia única de conexión con la naturaleza y la cultura japonesa. Se recomienda pasear por los senderos del bosque, cruzar los puentes sagrados sobre el río Isuzu y participar en los rituales sintoístas, como el lavado de manos y la boca antes de entrar a los recintos sagrados.

El mejor momento para visitar el Ise Jingu es durante las mañanas, cuando el ambiente es más tranquilo y se puede apreciar la serenidad del lugar. Además, el santuario alberga festivales y eventos durante todo el año, lo que brinda a los turistas la oportunidad de ver las tradiciones vivas del sintoísmo.