Santuario Futarasan, Nikkō

El Santuario de Futarasan, un enlace espiritual con la naturaleza

Enclavado en la majestuosa ciudad de Nikkō, Japón, el Santuario de Futarasan emerge como un refugio espiritual que ha cautivado a visitantes por siglos. Este santuario sintoísta, establecido en el año 767, es un tesoro nacional que se entrelaza con la rica historia y las tradiciones de la región.

Con una atmósfera que invita a la reflexión y al respeto por la naturaleza, el Futarasan jinja se consagra a las deidades de las montañas sagradas que lo rodean: Okuninushi, Tagorihime y Ajisukitakahikone. Estas montañas, consideradas divinas, son el Monte Nantai, el Monte Nyoho y el Monte Taro, y son el centro de la veneración sintoísta en la zona.

El acceso al santuario se hace a través del imponente puente Shinkyo, una estructura roja que cruza el río Daiya y que ha sido designado como uno de los puentes sagrados de Japón. La belleza de su arquitectura y su entorno natural lo convierten en un lugar perfecto para aquellos que buscan conectar con la espiritualidad y la tradición japonesa.

Además de su impresionante puente, el santuario cuenta con varios edificios y altares secundarios dispersos en un área extensa. Entre ellos se destacan el Honden, o salón principal, y el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa, ubicado en las cercanías. Los visitantes pueden disfrutar de un paseo tranquilo por los senderos del bosque que conectan los distintos puntos de interés, sumergiéndose en una atmósfera de paz y serenidad.

El Santuario de Futarasan también es conocido por sus festivales, especialmente el Yayoi Matsuri, que se celebra en abril y atrae a multitudes para observar los antiguos rituales y desfiles que honran a las deidades de la montaña.