Hechos sobre: Bdeogale jacksoni
La mangosta de Jackson, una especie fascinante, fue descubierta en 1889 por Frederick John Jackson y descrita científicamente en 1894 por Oldfield Thomas. Pertenece al género Bdeogale y está estrechamente relacionada con la mangosta de pies negros. Esta especie puede alcanzar más de 50 cm de longitud y pesar entre 2 y 3 kg. Se distingue por sus llamativos patrones de pelaje, que combinan colores negro y blanco, tonos amarillentos en el cuello y una cola espesa y blanca.
La mangosta de Jackson se alimenta principalmente de roedores e insectos, con una especial predilección por las hormigas legionarias. Es mayoritariamente nocturna y crepuscular, siendo más activa durante la noche y las horas del crepúsculo. Su hábitat se encuentra en limitadas regiones montañosas boscosas de Kenia, Uganda y Tanzania. Desafortunadamente, debido a la pérdida de hábitat, la UICN la clasificó como Casi Amenazada en 2008.
Esta mangosta prefiere los bosques montanos y las zonas de bambú, donde su densidad poblacional es bastante baja. Su dieta incluye principalmente roedores, insectos y hormigas legionarias. La mangosta de Jackson tiende a ser un animal solitario, y se conoce muy poco sobre sus hábitos reproductivos.
La distribución de la mangosta de Jackson se limita a áreas específicas en Kenia, Uganda y Tanzania, con poblaciones que prosperan en regiones protegidas. A menudo se la considera una especie separada de la mangosta de pies negros debido a diferencias en las características del cráneo y el pelaje. Curiosamente, esta especie no ha sido dividida en subespecies.
Los esfuerzos de conservación de la mangosta de Jackson se centran en la protección dentro de varios parques nacionales y la preservación de los bosques cercanos. Se considera una especie rara, y su población está disminuyendo debido a la continua destrucción del hábitat. La pérdida constante de bosques representa una amenaza significativa para su supervivencia.
Al proteger sus hábitats y asegurar la supervivencia de estas criaturas únicas, podemos contribuir a mantener el delicado equilibrio de sus ecosistemas.