Hechos sobre: Aepyceros melampus
El impala es un antílope de tamaño mediano que habita las praderas y bosques de África oriental y meridional. Es la única especie del género Aepyceros y fue presentado por primera vez a los europeos por el zoólogo alemán Hinrich Lichtenstein en 1812. Existen dos subespecies de impalas: el impala común y el impala de cara negra.
Lo que distingue al impala son sus asombrosos saltos, estrategias astutas para evadir depredadores y estructuras sociales fascinantes. Viven en grupos que incluyen machos territoriales, coaliciones de machos jóvenes y manadas de hembras. Los impalas poseen una dieta variada, alimentándose tanto de hierbas como de hojas y brotes. También tienen una temporada de reproducción anual, conocida como celo, que dura de seis a siete meses, culminando en el nacimiento de una sola cría que la madre oculta inmediatamente para protegerla de los depredadores.
Los impalas prefieren habitar áreas que combinan bosques y sabanas, especialmente aquellas cercanas a fuentes de agua. El impala de cara negra se encuentra en el suroeste de Angola y Kaokoland en Namibia, mientras que el impala común tiene una distribución más amplia y ha sido reintroducido en lugares como Gabón y el sur de África. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el impala común no está en peligro de extinción, aunque el impala de cara negra se considera vulnerable.
Los impalas son activos durante el día y sus comportamientos sociales varían según el clima y la geografía. Son una presa clave para muchos carnívoros africanos y han desarrollado métodos únicos para evadirlos, incluyendo saltos altos y llamadas específicas. Los impalas también son huéspedes de varios parásitos como garrapatas y piojos. Su dieta varía con las estaciones, permitiéndoles alimentarse de distintos tipos de vegetación a lo largo del año.
Los machos de impala alcanzan la madurez sexual aproximadamente al año de edad, pero generalmente no se aparean hasta los cuatro años. Durante la temporada de celo, los machos luchan por la dominancia y la oportunidad de aparearse con las hembras. Después de un período de gestación de seis a siete meses, las hembras dan a luz, generalmente durante el mediodía.
Se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger a las poblaciones de impalas, enfocándose especialmente en el más vulnerable impala de cara negra. El impala común se encuentra en muchas áreas protegidas a lo largo de toda África.