Nachcharini

La cueva de Nachcharini está situada a 2.100 m de altura en la meseta de Nachcharini, en las montañas del Antilíbano, cerca de la frontera entre el Líbano y Siria, y se encuentra entre los yacimientos de ocupación de cazadores-recolectores más elevados del Natufiano y del Khiamiano encontrados hasta la fecha.

De tamaño moderado, pero de gran importancia para el estudio del período Neolítico A anterior a la alfarería en el Líbano, fue excavado en 1972 y 1974 por Bruce Schroeder como parte de la investigación de la Universidad de Toronto sobre la ocupación paleohumana en todo el valle de la Beqaa en el oeste. La investigación se interrumpió durante la Guerra Civil libanesa. La única fecha de radiocarbono del Neolítico procedente de este yacimiento presenta una alta tasa de desviación, situándose entre el 8.500 a.C. y el 7.700 a.C. En 2001 se reanudó la investigación sobre el uso prehistórico de la tierra en este yacimiento, dirigida por Alex Wasse, del Consejo para la Investigación Británica en el Levante. El equipo encontró el yacimiento muy saqueado, pero pudo recuperar numerosas herramientas y sílex para su posterior estudio.

La dureza del clima local restringió la ocupación del lugar probablemente sólo a la primavera y el verano. Las fuertes nevadas se prolongan hasta la primavera, lo que proporciona agua para la irrigación de áreas hasta junio, de algunos de los pastos levantinos históricamente más ricos.

Las investigaciones sugieren que existen fuertes elementos de continuidad entre el Natufiano y el PPNA, tal y como demuestra la comparación de herramientas. El análisis de las herramientas de piedra astillada reveló similitudes con el estilo sultanita de Jericó, lo que sugiere actividades más avanzadas que las llevadas a cabo en otros yacimientos de la PPNA. Las evidencias de Wadi Faynan sugieren una variedad de propósitos no relacionados con la caza para este tipo de herramientas. Los microtaladros son un tipo de herramienta especialmente común en el periodo khiamiano. Se utilizaban principalmente para perforar cuentas de piedra. Esto puede deducirse de las marcas de uso en las zonas activas y de los residuos conservados en ellas.