Hechos sobre: Tursiops truncatus
El delfín mular común, conocido también como delfín mular del Atlántico, es una de las especies más emblemáticas de la familia Delphinidae. Probablemente los hayas visto en parques marinos, películas y programas de televisión. Son la especie más grande de delfines con pico y habitan en océanos templados y tropicales de todo el mundo, excepto en las regiones polares. Lo que antes se consideraba una sola especie, ahora se ha subdividido en varias especies distintas, como el delfín mular del Indo-Pacífico y el delfín Burrunan, debido a estudios recientes.
Estos delfines, típicamente grises, pueden alcanzar entre 2 y 4 metros de longitud y pesar entre 150 y 650 kilogramos. Los machos suelen ser más grandes que las hembras. Reconocidos por su inteligencia, han sido el objeto de numerosos estudios centrados en su capacidad cognitiva, habilidades de comunicación e interacciones con los humanos. Se caracterizan por tener vidas sociales complejas, a menudo viviendo en grupos llamados manadas y colaborando para cazar.
Su dieta incluye anguilas, calamares, camarones y diversos tipos de peces, que ingieren enteros. Utilizan la ecolocación para localizar alimento y se comunican mediante una variedad de sonidos. Los delfines mulares son polígamos, lo que significa que tienen múltiples parejas. Las hembras dan a luz a una sola cría cada tres a seis años, y amamantan a sus crías durante un periodo de 18 a 20 meses. Estos delfines alcanzan la madurez sexual entre los 5 y 14 años.
Puedes encontrar estos delfines en océanos templados, subtropicales y tropicales alrededor del mundo. Algunos viven cerca de la costa, mientras que otros prefieren áreas más alejadas de la orilla. Lamentablemente, las actividades humanas como la caza, la captura incidental en equipos de pesca y la contaminación representan amenazas significativas para sus poblaciones. Existen esfuerzos de conservación para protegerlos, incluyendo varios acuerdos y convenios internacionales que abordan su estatus.
La contaminación marina, incluidos los derrames de petróleo y los residuos químicos, constituye una gran amenaza para los delfines mulares. El agua contaminada puede provocar enfermedades y problemas reproductivos. Las actividades humanas a lo largo de las costas, como la agricultura y el desarrollo urbano, también degradan la calidad del agua, afectando la salud de estos delfines. Además, las floraciones de algas nocivas y las neurotoxinas representan riesgos adicionales para estos mamíferos marinos.