Cantona

El sitio arqueológico de Cantona, ubicado en el estado de Puebla, México, es un testimonio monumental de la complejidad y habilidad de las antiguas culturas prehispánicas que habitaron la región. Aunque no tan conocido como otros sitios arqueológicos en México, Cantona destaca por ser una de las ciudades más extensas y conservadas de la época precolombina.

La ciudad de Cantona, que floreció entre los años 600 y 1000 d.C., es un ejemplo impresionante de urbanismo mesoamericano. El sitio abarca aproximadamente 12 kilómetros cuadrados y cuenta con más de 3,000 estructuras que incluyen pirámides, plazas y un elaborado sistema de calzadas pavimentadas, conocidas localmente como "sacbeob". Estas vías conectaban las diversas áreas de la ciudad, demostrando un alto nivel de planificación urbana.

Lo que más llama la atención en Cantona son los aproximadamente 24 campos de juego de pelota que se han identificado, lo que lo convierte en el sitio con la mayor cantidad de estas estructuras en Mesoamérica. El juego de pelota era una actividad ritual y deportiva de gran importancia en las culturas prehispánicas, y su presencia en Cantona subraya la relevancia cultural y social del sitio.

A pesar de su magnitud, Cantona permaneció relativamente desconocida hasta investigaciones arqueológicas recientes. El sitio se caracteriza por sus construcciones en piedra volcánica sin labrar, lo que le otorga una apariencia distintiva y robusta. Además, la falta de una ocupación posterior permitió que muchas de sus estructuras se conservaran en buen estado, ofreciendo una ventana única al pasado prehispánico de la región.

Cantona no solo es importante por su arquitectura y diseño urbano, sino también por los hallazgos que sugieren que fue un importante centro de comercio, particularmente en la obsidiana, un vidrio volcánico utilizado para fabricar herramientas y objetos ceremoniales.

Aunque Cantona no ha alcanzado el mismo nivel de fama que sitios como Teotihuacán o Chichén Itzá, ofrece una experiencia única para los visitantes interesados en la arqueología y la historia de las civilizaciones mesoamericanas. Su ubicación en un área semidesértica le añade un ambiente místico que complementa la majestuosidad de sus ruinas silenciosas.