El Jorullo

El Jorullo, un testigo volcánico de la naturaleza impredecible de nuestro planeta, se alza en el paisaje mexicano como un recordatorio de la fuerza geológica que subyace bajo nuestros pies. Este volcán, situado en el estado de Michoacán, México, es conocido por su erupción histórica que comenzó en 1759 y duró hasta 1774, siendo uno de los eventos volcánicos más significativos en la historia de México.

La formación de El Jorullo marcó un hito en la vulcanología, pues su nacimiento fue registrado y estudiado por los científicos de la época, proporcionando valiosos datos sobre el proceso de formación de un volcán desde su inicio. El Jorullo surgió de lo que antes era un campo fértil, transformando radicalmente el paisaje local y afectando a las comunidades circundantes.

Hoy en día, El Jorullo se mantiene inactivo, pero su presencia es un poderoso atractivo turístico y un sitio de interés científico. Los visitantes pueden explorar los alrededores del volcán, disfrutando de la naturaleza y observando las formaciones de lava que una vez fluyeron desde su cráter. Además, es un punto de partida para entender la actividad volcánica de la región y la importancia de la monitorización y prevención de desastres naturales.