Cracroft Caverns, Christchurch

Las Cracroft Caverns, también conocidas como las Cashmere Caverns, son una serie de grandes cámaras en la colina del suburbio de Cashmere en Christchurch, Nueva Zelanda.

Construidos en secreto durante la Segunda Guerra Mundial en respuesta a la amenaza japonesa, estaban destinados a albergar cuarteles generales operativos en caso de ataque. Los militares requisaron la finca Cracroft Wilson, fundada por Sir John Cracroft Wilson en 1854, para su cuartel general del Grupo Sur, y las obras de los túneles comenzaron en 1942.

Se construyeron vías férreas para el acceso y la retirada de los residuos. La caverna más grande tenía 7 metros de altura, 10 metros de ancho y 30 metros de largo. Se utilizó hormigón pretensado para revestir las cavernas. Los oficiales destinados en la casa de la finca bajaban por las escaleras a los túneles, mientras que los demás debían entrar por los túneles de acceso. La construcción se detuvo repentinamente en 1944 cuando la amenaza de invasión se alejó, aunque las obras de los búnkeres estaban casi terminadas. El fin de semana antes de que los militares abandonaran la finca, se produjo un incendio y la Casa Cracroft Wilson quedó calcinada.

Las entradas al complejo subterráneo fueron selladas después de la guerra, y la existencia de las cavernas se olvidó en gran medida hasta 1987, cuando el reportero de TVNZ Jeff Field se enteró de la existencia de las cavernas durante una conversación casual con un jardinero del Hospital Cashmere. Utilizando los archivos del Ministerio de Defensa, Field descubrió referencias a las cavernas en artículos de prensa que databan de enero de 1945. La investigación fue asignada a otro reportero, Bill Cockram, que se puso en contacto con el propietario de la Casa Cashmere, reconstruida tras el incendio. Con el permiso del propietario, se realizaron excavaciones y se entró en las cavernas por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Las cavernas se convirtieron ahora en el hogar de una serie de experimentos con láser en forma de anillo establecidos por el departamento de física de la Universidad de Canterbury, aprovechando la temperatura extremadamente estable de las cuevas.

Ahora hay un pequeño parque público asociado detrás del Hospital Princesa Margarita.

Algunas partes de las cavernas se han abierto periódicamente al público en el pasado, pero debido a los daños causados por el terremoto de Canterbury de 2010 y los terremotos de Christchurch de 2011, actualmente no hay acceso.