Tunnel Beach, Dunedin

Tunnel Beach, situada en las cercanías de la ciudad de Dunedin, en Nueva Zelanda, es una joya natural que ofrece a sus visitantes una experiencia única marcada por acantilados escarpados, formaciones rocosas y un acceso espectacular a través de un túnel excavado a mano en la década de 1870. Este arco natural, conocido por su impresionante arquitectura geológica, se ha convertido en un destino imprescindible para aquellos que buscan belleza y aventura en la costa oeste de la Isla Sur.

La playa, a la que se accede descendiendo por el túnel tallado en la roca caliza, revela una historia de la época victoriana, cuando fue encargado por un prominente político local, John Cargill, para el uso privado de su familia. Hoy, Tunnel Beach es un lugar público que atrae tanto a los lugareños como a los turistas de todo el mundo.

El arco, que domina el paisaje, se ha formado a lo largo de miles de años, esculpido por la fuerza del viento y el agua. La erosión ha creado no solo el arco, sino también cuevas y acantilados que ofrecen vistas panorámicas del océano Pacífico, haciendo de este lugar un escenario perfecto para los fotógrafos y los amantes de la naturaleza.

Para llegar a Tunnel Beach, los visitantes deben emprender una caminata de unos 20 minutos a través de un sendero que desciende desde el aparcamiento hasta la entrada del túnel. Aunque el camino puede ser resbaladizo y empinado en algunas secciones, la recompensa al final del descenso es incomparable: una playa aislada, rodeada de rocas sedimentarias y fósiles, que espera ser explorada.

Tunnel Beach es accesible durante todo el año, pero se recomienda visitarla durante la marea baja para disfrutar plenamente de la playa y las formaciones rocosas. Además, es importante tener en cuenta que el mar puede ser peligroso, por lo que se aconseja precaución al nadar o explorar las cuevas cercanas.