Stary Cmentarz Ewangelicki, Bielsko-Biała

Antiguo cementerio evangélico de Bielsko-Biała - un cementerio evangélico en desuso situado en Bielsko-Biała, en la calle Andrzej Frycza-Modrzewskiego en la llamada Bielsko Zion.

Se fundó en febrero de 1833 en una propiedad donada por el jabonero Gottlieb Klimke. La decisión de construirlo se vio acelerada por la epidemia de cólera que asoló Bielsko en 1831. Anteriormente, tanto los evangélicos como los católicos eran enterrados en un cementerio común en la iglesia de la Santísima Trinidad. En la década de 1860 se amplió considerablemente en dirección este. En 1911 se inauguró el Nuevo Cementerio Evangélico en la calle Listopadowa, aunque los entierros en el antiguo cementerio se llevaron a cabo hasta la Segunda Guerra Mundial. Probablemente, más tarde, también las víctimas de la Oficina de Seguridad fueron enterradas ilegalmente aquí. Después de 1945, el cementerio fue destruido regularmente y las autoridades comunistas incluso exigieron que se retiraran las lápidas en alemán. Los descendientes de las personas enterradas en el cementerio tuvieron que devastar las lápidas para salvarlas, por ejemplo, pintándolas, eliminando las inscripciones antiguas o dándoles la vuelta con las inscripciones hacia el suelo. Pocos de ellos fueron restaurados por la ciudad después de 1989.

El cementerio consta de siete sectores. Se entra por una puerta neogótica con tres arcadas, construida en 1863. La lápida más antigua que se conserva data de 1857. La parte más representativa de la necrópolis es la Avenida del Mérito, que conduce del sur al norte, donde los residentes más ricos y distinguidos de la ciudad encontraron su lugar de descanso.

En el Antiguo Cementerio Evangélico de Bielsko-Biała descansan, entre otros, alcaldes de la ciudad, como Karl Ferdinand Sennewaldt, Moritz Scholz o Heinrich Hofmann, pastores meritorios, como Josef František Schimko, Karl Samuel Schneider, industriales, como Gustav Förster y Hermann Schneider, activistas sociales, como Theodor Sixt, científicos, como Philipp Johann Ferdinand Schur

La necrópolis, cerrada desde hace más de 70 años, es un enclave de naturaleza salvaje en el centro de la ciudad. Aquí crecen árboles monumentales con hiedra y otras enredaderas. Las lápidas, los muros y los callejones del cementerio están cubiertos de numerosas especies vegetales. También es un refugio para las aves y los pequeños mamíferos.