Capilla de San Fructuoso de Montelius, Braga

La Capilla de São Frutuoso, también conocida como Capilla de São Frutuoso de Montélios, es una joya arquitectónica situada en la ciudad de Braga, al norte de Portugal. Este edificio religioso, cargado de historia y arte, es un destacado exponente del prerrománico en la península ibérica y constituye un testimonio de la riqueza cultural y espiritual de la región.

Construida en el siglo VII, la capilla está dedicada a São Frutuoso, obispo de Braga, y su diseño arquitectónico es único por su planta en forma de trébol, simbolizando la Santísima Trinidad. La estructura ha sobrevivido a lo largo de los siglos, a pesar de las sucesivas reconstrucciones y restauraciones que ha experimentado, siendo la más significativa en el siglo XI bajo el reinado de Alfonso VI de León.

El pequeño templo se destaca por su sobriedad y la armonía de sus líneas. La decoración es escasa, predominando los elementos arquitectónicos sobre los ornamentales, lo que refleja la austeridad de la época en la que fue erigida. Sin embargo, los capiteles y algunas inscripciones en sus muros ofrecen un valioso ejemplo del arte visigodo que prevaleció en la península antes de la invasión musulmana.

La Capilla de São Frutuoso es un sitio de gran importancia histórica y espiritual para los habitantes de Braga y los visitantes que se acercan para admirar su belleza y sentir la tranquilidad que emana de sus antiquísimos muros. A pesar de su tamaño modesto, el templo irradia una atmósfera de paz y contemplación que invita a la reflexión.