Reliquary of St. Maurus, Bečov nad Teplou

El relicario de San Mauro es un relicario románico expuesto en el castillo de Bečov nad Teplou, en el oeste de la República Checa. Se considera el segundo artefacto histórico más importante del territorio checo después de las joyas de la Corona checas.

El relicario fue creado para la abadía de Florennes en el primer cuarto del siglo XIII para guardar los supuestos restos óseos de San Mauro, San Juan Bautista y San Timoteo. El núcleo de madera está recubierto de una placa de plata dorada con numerosas estatuillas, relieves, decoraciones de filigrana y gemas. Tras el saqueo de Florennes, el relicario fue colocado en la iglesia local y posteriormente comprado por el duque Alfred de Beaufort-Spontin en 1838. El duque restauró el artefacto dañado y lo prestó a la Exposición de Bruselas de 1885. En 1888, los Beaufort lo trasladaron a su finca del castillo de Bečov.

La casa de Beaufort cooperó con el Partido Nazi durante la Segunda Guerra Mundial y se vio obligada a abandonar el país en 1945. Poco antes del final de la guerra, el relicario fue enterrado bajo el suelo de la capilla y quedó en el olvido. En 1984, el empresario estadounidense Danny Douglas se dirigió a las autoridades checoslovacas con la oferta de pagar 250.000 dólares por el derecho a excavar y exportar al extranjero un objeto no identificado "que de todos modos nadie echa de menos aquí". A partir de los fragmentos de información facilitados, las autoridades iniciaron una operación de búsqueda para verificar la naturaleza del "objeto" y encontrarlo. Esta operación fue dirigida por el JUDr. František Maryška, jefe de la oficina de investigación federal en ese momento. A partir de los fragmentos de información facilitados, su equipo pudo reducir la investigación a 5 posibles lugares y, 3 semanas antes de que se realizara el negocio, pudieron identificar que el "objeto" debía encontrarse en el castillo de Bečov o en sus alrededores. Los agentes de policía llegaron al lugar con un gran equipo de hombres y con detectores de metales y estuvieron registrando todos los alrededores, cavando varios agujeros en el jardín y en el exterior del castillo. Como el tiempo era malo y Douglas no estaba preocupado por la nieve o la tierra congelada, llegaron a la conclusión de que el objeto debía estar dentro. Así que empezaron con la búsqueda en el interior en los lugares donde se preveía una habitación oculta o donde podría caber dicho objeto. Al buscar en el suelo de la antigua capilla del castillo identificaron que debajo había un gran objeto metálico y tras retirar las tablas de madera descubrieron el relicario de San Mauro el 5 de noviembre de 1985.