Khumar

Khumarinskoye gorodishche o Khumar es una fortaleza medieval en ruinas situada en la cima del monte Kalezh, por encima del desfiladero del Kubán, en el Gran Cáucaso, cerca de la aldea de Khumara, distrito de Karachaevsky, Karachay-Cherkessia, Rusia.

El yacimiento fue investigado en 1960 y 1962 por V.A. Kuznetsov después de que se encontraran las losas con inscripciones rúnicas, pero sin realizar excavaciones. En 1963 y 1964 la expedición arqueológica del instituto de investigación Karachaevo-Cherkessky, dirigida por E.P. Alekseeva, realizó excavaciones en el lugar. Descubrió que bajo los estratos medievales se encontraban los de los siglos 8 a 6 a.C. A. Gadlo y Kh. Bidjiev descubrieron en 1974 restos del sistema de defensa: torres y murallas.

La fortaleza, situada a 11 km río abajo de Karachaevsk y a la que antiguamente sólo se accedía por una escalera, ocupa unas cuarenta hectáreas en la cima de una gran meseta. Los muros de 5,5 m de altura, con doce bastiones, estaban atravesados por una única puerta de 5 m de ancho. Se supone que las fortificaciones fueron construidas por los jázaros o por los búlgaros en relación con las guerras jázaro-árabes.

El yacimiento es rico en inscripciones pseudorrúnicas, una prueba de la ocupación turca de principios de la Edad Media por parte de las tribus del grupo cultural Saltovo-Mayaki. La mayoría de las inscripciones fueron muy dañadas por los lugareños y son ilegibles.

Uno de los hallazgos más controvertidos del yacimiento fue un altar modular plegable desenterrado en la zona. Los expertos del museo arqueológico de Rostov del Don afirmaron que el altar formaba parte de un santuario judío jázaro construido a imitación del mishkan bíblico.

En los siglos IX y X, fue el lugar de una populosa ciudad, mencionada en fuentes bizantinas y georgianas como Skhimar. Se cree que San Máximo el Confesor fue retenido allí durante su exilio en el Cáucaso. A cuatro kilómetros de la fortaleza se encuentra la iglesia de Shoana, descrita por primera vez por Abraham Firkovich en 1848.

La ciudad fue destruida por Tamerlán durante su invasión de la Horda de Oro en 1396.