Bolshoy Dom, San Petersburgo

Bolshoy Dom es un edificio de oficinas situado en el número 4 de la avenida Liteyny de San Petersburgo, Rusia. Es la sede de las delegaciones locales de San Petersburgo y la región de Leningrado del Servicio Federal de Seguridad de Rusia y del Departamento Principal del Ministerio del Interior.

El edificio está situado en el distrito central de San Petersburgo, al principio de la avenida Liteyny Prospekt, a una manzana del río Neva, en el lugar donde se encontraba el antiguo edificio de la armería imperial rusa, que se quemó en 1917. Fue construido originalmente en 1931-32 para la Dirección Política Estatal Conjunta, la policía secreta de la Unión Soviética de la época. El edificio fue diseñado por los arquitectos soviéticos Noi Trotsky, Alexander Gegello y Andrey Ol en estilo constructivista tardío. El edificio del Bolshoy Dom forma parte de un complejo mayor que incluye el centro de detención de la calle Shpalernaya, y ambos adquirieron notoriedad como cárcel durante la Gran Purga de José Stalin. En julio de 1934, el edificio se convirtió en la sede local del recién creado Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, cuando la OGPU se reincorporó como Dirección Principal de Seguridad del Estado del NKVD. Posteriormente, Bolshoy Dom se convirtió en la sede local del más conocido Comité de Seguridad del Estado, cuando éste sustituyó al NKVD, y permaneció bajo el uso del KGB hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991.

La Bolshoy Dom se convirtió en objeto de numerosas leyendas urbanas en la cultura soviética y rusa debido a su asociación con la policía secreta, incluyendo el apodo de Bolshoy Dom a todos los edificios del FSB. La teoría conspirativa más común sobre el edificio es que contiene una gran cantidad de plantas subterráneas secretas, lo que da lugar a bromas sobre que Bolshoy Dom es el edificio más alto de San Petersburgo. También existe la leyenda de que el edificio sobrevivió al asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial porque la Alemania nazi sabía que los prisioneros de guerra alemanes estaban alojados en el último piso, lo que impidió que fuera bombardeado.