Catedral de San Basilio, Moscú

La Catedral de San Basilio se erige como uno de los íconos más emblemáticos de Moscú, Rusia. Con sus coloridas cúpulas en forma de bulbo y su arquitectura única, esta iglesia ortodoxa rusa se ha convertido en un símbolo indiscutible de la nación. Ubicada en la famosa Plaza Roja, la catedral fue construida entre 1555 y 1561 por orden del zar Iván el Terrible para conmemorar la conquista del Kanato de Kazán.

El diseño de la catedral desafía las convenciones arquitectónicas tradicionales, con sus nueve capillas individuales, cada una coronada por una cúpula distinta y vibrante que representa un capítulo diferente en la historia bíblica o un santo particular. El efecto visual es una mezcla deslumbrante de colores y formas que parecen sacadas de un cuento de hadas.

La catedral fue dedicada a San Basilio, conocido por su piedad y por ser considerado un santo loco, que fue enterrado en el sitio antes de la construcción de la iglesia. A lo largo de su historia, la Catedral de San Basilio ha sobrevivido a amenazas de demolición y ha servido diversos propósitos, desde un museo de la cultura estatal hasta una representación simbólica de la presencia de la iglesia en el estado ruso.

Hoy en día, San Basilio no funciona regularmente como una iglesia, sino que se ha convertido en un museo y una de las principales atracciones turísticas de Moscú. A pesar de las restauraciones y renovaciones a lo largo de los siglos, la catedral mantiene su esplendor original y sigue fascinando a visitantes de todo el mundo con su asombrosa arquitectura.