Mihintale, Anuradhapura

Mihintale, la montaña sagrada que vigila la antigua ciudad de Anuradhapura en Sri Lanka, es un emblema de serenidad y un testimonio de la historia espiritual del país. Este sitio, considerado la cuna del budismo en Sri Lanka, es un destino de peregrinación que atrae tanto a fieles como a turistas por su profundo significado religioso y su impresionante belleza natural.

La historia de Mihintale está entrelazada con la llegada del budismo a la isla en el siglo III a.C., cuando el monje Mahinda, hijo del emperador indio Ashoka, se encontró con el rey Devanampiyatissa en esta montaña, marcando el comienzo de la conversión del reino al budismo. Desde entonces, Mihintale se ha convertido en un sitio de veneración y un complejo monástico con estupas, templos y cuevas que han sido testigos de siglos de devoción.

El ascenso a la cima de Mihintale es una experiencia que combina esfuerzo físico y contemplación espiritual. Los visitantes deben subir una escalinata de 1,840 peldaños, lo que no solo es un ejercicio físico sino también una metáfora del camino hacia la iluminación. Al llegar a la cumbre, se encuentran con una vista panorámica de la exuberante campiña, las antiguas ruinas y la gran estupa blanca, Ambasthala Dagoba, que señala el lugar exacto del histórico encuentro entre Mahinda y el rey.

Además de su importancia religiosa, Mihintale es un refugio para la biodiversidad, con una rica flora y fauna que se extiende a lo largo de sus laderas y valles. La montaña también es conocida por sus magníficos amaneceres y atardeceres, que tiñen el cielo de tonos cálidos y ofrecen momentos de tranquila reflexión.

Mihintale está abierta a los visitantes durante todo el año, y es especialmente concurrida durante el festival Poson Poya en junio, cuando miles de peregrinos se reúnen para conmemorar la introducción del budismo en la isla. Este evento transforma la montaña en un tapiz de luces y colores, con lámparas y banderas que adornan el camino hacia la cima.