Blaauwberg Conservation Area, Ciudad del Cabo

La Reserva Natural de Blaauwberg fue proclamada reserva natural local y provincial en 2007. La reserva tiene vistas hacia las laderas de fynbos, a través de la ciudad, a siete kilómetros de costa rocosa y arenosa y al océano y más allá. La reserva se presenta como uno de los pocos miradores del mundo desde los que se pueden ver dos lugares proclamados patrimonio de la humanidad, la Montaña de la Mesa y la Isla Robben.

La Reserva Natural de Blaauwberg conserva tres tipos de vegetación amenazados: Cape Flats dune strandveld, Swartland shale renosterveld y Cape Flats sand fynbos. La rica biodiversidad abarca un humedal, 624 especies de plantas, 41 especies de mamíferos, 166 especies de aves, 30 especies de reptiles y cuatro de anfibios. La reserva es una de las pocas reservas naturales de Ciudad del Cabo donde es posible encontrar Mystromys albicaudatus y Orycteropus afer.

El holotipo de Scelotes montispectus se recogió en la Reserva Natural de Blaauwberg. También hay una población de Mystromys albicaudatus catalogada como en peligro en la última Lista Roja de mamíferos de Sudáfrica, así como un total de ocho especies de fauna de la Lista Roja.

En las 1.445 hectáreas actuales hay indicios de una ocupación humana primitiva, con depósitos de conchas que se remontan a unos 15.000 años. La reserva también conserva el lugar de la Batalla de Blaauwberg de 1806, cuando los británicos arrebataron el Cabo a los holandeses por segunda vez y conservaron su propiedad hasta la independencia de Sudáfrica. En la colina de Blaauwberg se construyeron varios edificios durante la Segunda Guerra Mundial, como una estación de radar, un puesto de vigilancia y un comedor.

Desde la creación de la entonces Área de Conservación de Blaauwberg, la conservación de la zona ha progresado rápidamente. Unos simples bolardos en las zonas de aparcamiento de la costa han impedido que los 4x4 accedan a la playa y acaben conduciendo por ella, y ya se ha recuperado la vegetación en peligro y el Haematopus moquini ha regresado. Los vehículos ilegales no sólo habían puesto en peligro la vegetación y el Haematopus moquini, sino que habían destruido varios de los concheros.

La zona de conservación también se utiliza para actividades recreativas como el surf, el senderismo, el windsurf, la observación de ballenas y los picnics.