Lago de Biel/Bienne

El Lago Biel, una joya acuática en el corazón de Suiza, es un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad. Ubicado en la región del Seeland, este lago se extiende por una superficie de 39.3 kilómetros cuadrados, siendo el octavo lago más grande de Suiza. Sus aguas cristalinas y el paisaje pintoresco que lo rodea lo convierten en un lugar idílico para una variedad de actividades al aire libre.

Conocido en alemán como Bielersee y en francés como Lac de Bienne, el lago Biel es parte de un conjunto de tres lagos junto al Lago de Neuchâtel y el Lago de Morat. Este trío de lagos está conectado por canales y se encuentra en una región vinícola muy reputada, lo que añade un atractivo cultural al visitar la zona.

Los turistas pueden disfrutar de paseos en barco, que ofrecen una perspectiva única de los viñedos en terrazas y de los encantadores pueblos a orillas del lago. La navegación a vela y el windsurf son también actividades populares, aprovechando los vientos suaves pero constantes. Para los que prefieren la tierra firme, las rutas de senderismo y ciclismo alrededor del lago ofrecen vistas espectaculares y la oportunidad de explorar la rica flora y fauna local.

El Lago Biel también es conocido por sus islas, siendo la Isla de San Pedro (St. Petersinsel) la más famosa. Esta península fue alguna vez refugio del filósofo Jean-Jacques Rousseau, quien encontró inspiración y sosiego en su belleza natural.

En cuanto a la gastronomía, la región del lago Biel es famosa por sus pescados de agua dulce, especialmente la perca, que se sirve en los restaurantes locales con una copa del excelente vino blanco de la región.

El lago, además, tiene una importancia histórica, con asentamientos que se remontan a la Edad del Bronce. La ciudad de Biel/Bienne, situada en la orilla norte del lago, es un punto de interés cultural con su casco antiguo y su bilingüismo característico, reflejo de la diversidad cultural suiza.