Hechos sobre: Naja melanoleuca
La cobra del bosque, conocida también como la cobra negra o la cobra de labios blancos y negros, es una serpiente venenosa que habita en el centro y oeste de África. Es la especie de cobra verdadera más grande, con una longitud que puede alcanzar los 3.2 metros. Esta serpiente es altamente adaptable y prospera en una variedad de hábitats, desde bosques de tierras bajas y sabanas húmedas hasta climas más secos.
En cuanto a su dieta, las cobras del bosque son generalistas. Consumen una amplia gama de presas, incluyendo insectos, pequeños mamíferos y otros reptiles. Esta flexibilidad en sus hábitos alimenticios les permite sobrevivir en diversos entornos.
Perteneciente al género Naja de la familia Elapidae, la cobra del bosque fue descrita por primera vez por el herpetólogo estadounidense Edward Hallowell en 1857. Investigaciones recientes sugieren que lo que llamamos cobra del bosque podría ser en realidad un grupo de especies, incluyendo Naja melanoleuca, Naja subfulva, Naja peroescobari, Naja guineensis y Naja savannula.
Las cobras del bosque adultas normalmente miden entre 1.4 y 2.2 metros de largo y exhiben varias coloraciones dependiendo de su ubicación geográfica. Su veneno es un potente neurotóxico que puede causar síntomas severos como ptosis (párpados caídos), parálisis de las extremidades y dificultad respiratoria, haciendo que las mordeduras de estas serpientes sean emergencias que amenazan la vida.
En cuanto a su comportamiento, las cobras del bosque son diurnas y hábiles trepadoras, a menudo encontradas en árboles o cerca del agua, ya que también son excelentes nadadoras. Son rápidas y alertas, siempre listas para defenderse o cazar. Su dieta incluye anfibios, peces, otras serpientes, lagartos y pequeños mamíferos. En cuanto a la reproducción, las cobras del bosque ponen entre 11 y 26 huevos en el verano, y las crías son independientes desde el nacimiento.
Las cobras del bosque se encuentran en una amplia variedad de hábitats, desde selvas tropicales hasta sabanas y pastizales, a menudo cerca de fuentes de agua o incluso en áreas urbanas. Tienen comportamientos de apareamiento complejos, y sus crías son relativamente grandes y capaces desde el nacimiento.